Emily Dickinson
PEQUEÑEZ
Es cosa tan pequeña nuestro llanto;
son tan pequeña cosa los suspiros...
Sin embargo, por cosas tan pequeñas
vosotros y nosotras nos morirnos.
EMBRIAGUEZ
En jarros tallados en nácar
apuro un licor ignorado...
Tal vez ni del Rhin en las cavas
pudiera mi sed encontrarlo.
Con una embriaguez de rocío,
borracha de incógnitos hálitos,
tabernas de azul diluido
recorro en perpetuos veranos.
Cuando las abejas
y las mariposas,
agobiadas, ebrias,
vuelen de las pomas,
aún libaré yo mi vaso
de extraño licor...
Hasta que los ángeles
me agiten su níveo penacho,
y a los ventanales
celestes se asomen los santos
para contemplarme
borracha de azul y de sol.
NO NOS VOLVEMOS VIEJOS CON LOS...
No nos volvemos viejos con los años, sino nuevos con cada día que llega.
MORIR NO DUELE MUCHO
Morir no duele mucho:
nos duele más la vida.
Pero el morir es cosa diferente,
tras la puerta escondida:
La costumbre del sur, cuando los pájaros
antes que el hielo venga,
van a un clima mejor. Nosotros somos
pájaros que se quedan:
Los temblorosos junto al umbral campesino,
que la migaja buscan,
brindada avaramente, hasta que ya la nieve
piadosa hacia el hogar nos empuja las plumas.
PONIENTE
Velámenes de púrpura se mecen
con suavidad en mares de narciso;
marineros fantásticos se esfuman
y queda el muelle en la quietud sumido.
SOBREVIVÍ LA NOCHE DE UN MODO SECRETO
Sobreviví la noche de un modo secreto
y entro en el día.
Le basta al que está a salvo saber que fue salvado
aunque no sepa el cómo.
Tomo, pues, mi lugar entre los vivos,
como quien deja que lo lleven,
candidata al azar de la mañana
pero citada con los muertos.
LOS SUEÑOS SON EL SUTIL DON
Los sueños son el sutil don
que nos vuelve ricos por una hora
luego nos arrojan pobres.
Afuera de la púrpura puerta
En el precinto frío
Anterior antes poseído.
CUANDO CUENTO LAS SEMILLAS
Cuando cuento las semillas
sembradas alla abajo
para florecer así, lado a lado;
cuando examino a la gente
que tan bajo yace
para llegar tan alto;
cuando creo que el jardín
que no verán los mortales
siega el azar sus capullos
y sortea a esta abeja,
puedo prescindir del verano, sin queja.
EL DOLOR EXPANDE EL TIEMPO
El dolor expande el tiempo
dentro se agazapan siglos
la menuda circunferencia
de un único cerebro
El dolor contrae el tiempo
ocupadas con el golpe
eternidades enteras
son como no eran.
SABER LLEVAR NUESTRA PORCIÓN DE NOCHE
Saber llevar nuestra porción de noche
o de mañana pura;
llenar nuestro vacío con desprecio,
llenarlo de ventura.
Aquí una estrella, y otra estrella lejos:
alguna se extravía.
Aquí una niebla, más allá otra niebla,
pero después el día.
Desde el 21 hasta el 30 de un total de 34 obras de Emily Dickinson