Friedrich von Schiller
ES MUY DULCE VER LLEGAR LA...
Es muy dulce ver llegar la muerte mecido por las plegarias de un hijo.
REMINISCENCIA INMORTAL
Dime amiga, la causa de este ardiente,
puro, inmortal anhelo que hay en mí:
suspenderme a tu labio eternamente,
y abismarme en tu ser, y el grato ambiente
de tu alma inmaculada recibir.
En tiempo que pasó, tiempo distinto,
¿no era de un solo ser nuestro existir?
¿acaso el foco de un planeta extinto
dio nido a nuestro amor en su recinto
en días que vimos para siempre huir?
...Tú también como yo? Sí, tú has sentido
en el pecho el dulcísimo latido
con que anuncia su fuego la pasión:
amémonos los dos, y pronto el vuelo
alzaremos felices a ese cielo
en que otra vez seremos como Dios.
NO LE RESTA AL HOMBRE SINO...
No le resta al hombre sino elegir con temor entre la felicidad sensual y una paz espiritual.
NO ES LA CARNE Y LA...
No es la carne y la sangre, sino el corazón, lo que nos hace padres e hijos.
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