12 Poemas de Raúl Zurita
CORDILLERAS (IV)
El frío es el alba de las pérdidas
amanecían gritando estos paisajes
i. Estamos enfermas gritaban las cordilleras congelándose en
sus alturas
i i. Estamos muy enfermas respondían las llanuras de la pradera
central traspasadas de frío como contestándoles a ellas
iii. Pero sabían que es el frío el maldito de las cordilleras y
que nada más que por eso se hubo de yacer junto a los Andes
hasta que la muerte nos helara con ellos desangrados en
vida frente al alba sólo para que revivan los paisajes
EL DESIERTO DE ATACAMA (III)
i. Los desiertos de atacama son azules
ii. Los desiertos de atacama no son azules ya ya dime
lo que quieras
iii. Los desiertos de atacama no son azules porque por
allá no voló el espíritu de J. Cristo que era un perdido
iv. Y si los desiertos de atacama fueran azules todavía
podrían ser el Oasis Chileno para que desde todos
los rincones de Chile contentos viesen flamear por
el aire las azules pampas del Desierto de Atacama
LAS PLAYAS DE CHILE (II)
Miren las playas de Chile
Hasta el polvo se ilumina
en esos parajes de fiesta
i. Las playas de Chile son una tiesta en sus ojos
ii. Por eso hasta el polvo que los cubría se hacía luz
en sus miradas benditos lavándose las mortajas
iii. Por eso la patria resplandecía levantándose desde el
polvo como una irradiada en las playas de sus ojos
relucientes para que hasta los sepultos puedan ver
la costa en que se festejaron cantando esos dichosos
CORDILLERAS (V)
Blancas son también las voces de los
que se fueron
Sí, blanco es el destino que se van
tragando estas montañas
(texto quiche)
i. De locura es el cielo de los nevados gemían marchando
esas voladas
ii. Imponentes albísimas sin dejar piedra ni pasto hasta
que todo fuera su blancura
iii. Pero no ni borrachos creyeron que la locura era igual
que los Andes y la muerte un cordillerío blanco frente a
Santiago y que entonces desde toda la patria partirían
extraños como una nevada persiguiéndoles la marcha
EL DESIERTO DE ATACAMA (IV)
I. El Desierto de Atacama son puros pastizales.
II. Miren a esas ovejas correr sobre los pastizales del
desierto.
III. Miren a sus mismos sueños balar allá sobre esas
pampas infinitas
IV. Y si no se escucha a las ovejas balar en el Desierto
de Atacama nosotros somos entonces los pastizales
de Chile para que en todo el espacio en todo el mundo
en toda la patria se escuche ahora el balar de nuestras
propias almas sobre esos desolados desiertos miserables.
LAS PLAYAS DE CHILE (III)
Vean las mecidas bajo el viento:
Chile entero resurgía como una
línea de pasto en el horizonte
i. Chile entero resurgía como una línea de pasto por
el horizonte
ii. Por eso las playas parecían mecerse como espigas
frente a ellos lejanas esparciéndose en el aire
iii. En que ni sus sueños supieron del resurgir de toda
la patria donde nosotros somos apenas una línea de
pasto meciéndose en el horizonte como espejismos
ante Usted por estos aires besando la costa que
Chile entero esparció iluminada bajo el viento
LAS PLAYAS DE CHILE (IV)
Celestes clavaron esos cielos:
Usted era apenas el horizonte
en las playas de este calvario
i. Las playas de Chile fueron horizontes y calvarios:
desnudo Usted mismo se iba haciendo un cielo sobre esas
costas de nadie
ii. Por eso las cruces también se llamaron playas de Chile:
remando esos botes se acercaron a ellas pero sin dejar
estelas en el agua sino sólo el cielo que soñaron
celeste constelándose sobre esas miserias
iii. Por eso ni los pensamientos sombrearon las cruces de este
calvario donde es Usted el cielo de Chile desplegándose
sobre esas miserias inmenso constelado en toda
la patria clavándoles un celeste de horizonte en los ojos
LA MARCHA DE LAS CORDILLERAS
i. Y allí comenzaron a moverse las montañas
ii. Estremecidas y blancas ah sí blancas son las heladas
cumbres de los Andes
iii. Desligándose unas de otras igual que heridas que se
fueran abriendo poco a poco hasta que ni la nieve
las curara
iv. Y entonces erguidas como si un pensamiento las
moviese desde los mismos nevados desde las mismas
piedras desde los mismos vacíos comenzaron su
marcha sin ley las impresionantes cordilleras de Chile
EL DESIERTO DE ATACAMA (II)
Helo allí, helo allí
suspendido en el aire
el desierto de atacama
I. Suspendo sobre el cielo de chile diluyéndose entre auras
II. Convirtiendo esta vida y la otra en el mismo Desierto de Atacama áurico perdiéndose en el aire.
III. Hasta que finalmente no haya cielo sino Desierto de Atacama y todos veamos entonces nuestras propias pampas fosforescentes carajas encumbrándose en el horizonte.
DIÁLOGO DE CHILE
Verás un mar de piedras
Verás margaritas en el mar
Verás un Dios de hambre
Verás el hambre
Verás figuras como flores
Verás un desierto
Verás el mar en el desierto
Verás tu odio
Verás un país de sed
Verás acantilados de agua
Verás nombres en fuga
Verás la sed
Verás amores en fuga
Verás el poco amor
Verás flores como piedras
Verás sus ojos en fuga
Verás cumbres
Verás margaritas en las cumbres
Verás un día blanco
Verás que se va
Verás no ver
Y llorarás
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