293 Cuentos de Esopo  

LA COMADREJA Y LA LIMA

Se introdujo una comadreja en el taller de un herrero y se puso a lamer una lima que ahí se encontraba.
Al cabo de un rato su lengua arrojaba sangre en abundancia, y la comadreja se puso muy feliz pensando que había arrancado algo al hierro, hasta que acabó por perder su propia lengua.

Moraleja: Ten en cuenta que si vas por la vida dañando a la gente, algún día recibirás a cambio tu propia medicina.

78.26%

votos positivos

Votos totales: 2268

Comparte:

LA ZORRA Y LOS RACIMOS DE UVAS

Estaba una zorra con mucha hambre, y al ver colgando de una parra unos deliciosos racimos de uvas, quiso atraparlos con su boca.
Mas no pudiendo alcanzarlos, a pesar de sus esfuerzos, se alejó diciéndose:
- ¡Ni me agradan, están tan verdes!

Moraleja: Nunca traslades la culpa a los demás de lo que no eres capaz de alcanzar.

78.13%

votos positivos

Votos totales: 32

Comparte:

EL CAMELLO, EL ELEFANTE Y EL MONO

Votaban los animales para elegir un rey. El camello y el elefante se pusieron en fila disputándose los sufragios, ya que esperaban ser preferidos sobre los demás gracias a su tamaño y su fuerza. Pero llegó el mono y los declaró a los dos incapacitados para reinar.
- El camello no sirve - dijo -, porque no se encoleriza contra los malhechores, y el elefante tampoco nos sirve porque tendremos que estar temerosos de que nos ataque un marrano, animal a quien teme el elefante.

Moraleja: La fortaleza más grande, siempre se mide en el punto más débil.

78.00%

votos positivos

Votos totales: 50

Comparte:

LA RANA GRITONA Y EL LEÓN

Oyó una vez un león el croar de una rana, y se volvió hacia donde venía el sonido, pensando que era de algún animal muy importante.
Esperó y observó con atención un tiempo, y cuando vio a la rana que salía del pantano, se le acercó y la aplastó diciendo:
- ¡Tú, tan pequeña y lanzando esos tremendos gritos!

Moraleja: Quien mucho habla, poco es lo que dice.

77.88%

votos positivos

Votos totales: 104

Comparte:

EL TORDO

Un tordo se encontraba picoteando en el maíz y, de lo bueno que estaba, que no veía el momento de marchar.
Un cazador avispado se fijó en que el tordo siempre volvía al mismo lugar, así que esperó su momento y lo capturó.
El tordo, antes de morir, aún tuvo tiempo de pensar:
- ¡Qué avaricioso!, ¡por el placer de comer he perdido la vida!

Moraleja: El placer, con moderación.

77.82%

votos positivos

Votos totales: 1754

Comparte:

LA ZORRA Y LA LEONA

Reprochaba una zorra a una leona el hecho de que siempre sólo pariese a un pequeñuelo.
Y le contestó la leona:
- Sí, uno solo, tienes razón, ¡pero un señor león!

Moraleja: No midas el valor de las cosas por su cantidad, sino por su virtud.

77.78%

votos positivos

Votos totales: 36

Comparte:

LA RANA DEL PANTANO Y LA RANA DEL CAMINO

Vivía una rana felizmente en un pantano profundo, alejado del camino, mientras su vecina vivía muy orgullosa en una charca al centro del camino.
La del pantano le insistía a su amiga que se fuera a vivir al lado de ella, alejada del camino; que allí estaría mejor y más segura.
Pero no se dejó convencer, diciendo que le era muy difícil abandonar una morada donde ya estaba establecida y satisfecha.
Y sucedió que un día pasó por el camino, sobre la charca, un carretón, y aplastó a la pobre rana que no quiso aceptar el mudarse.

Moraleja: La comodidad nos lleva a veces a perder oportunidades de mejorar.

77.78%

votos positivos

Votos totales: 9

Comparte:

EL APICULTOR

Un ladrón se introdujo en casa de un apicultor durante su ausencia, robando miel y panales. A su regreso, el apicultor, viendo vacías las colmenas, se detuvo a examinarlas.
En esto, las abejas, volviendo de libar y encontrándole allí, le picaron con sus aguijones y le maltrataron horriblemente.
- iMalditos bichos - les dijo el apicultor -, dejaron marchar sin castigo al que les había robado los panales, y a mí que les cuido con cariño, me hieren de un modo implacable!

Moraleja: Muchas veces sucede que vemos con desconfianza a nuestros amigos, pero por ignorancia le tendemos la mano a quien es nuestro enemigo.

77.78%

votos positivos

Votos totales: 9

Comparte:

ZEUS Y LAS ABEJAS

Envidiosas las abejas a causa de la miel que les arrebataban los hombres, fueron en busca de Zeus y le suplicaron que les diera fuerza bastante para matar con las punzadas de su aguijón a los que se acercaran a sus panales.
Zeus, indignado al verlas envidiosas, las condenó a perder su dardo cuantas veces hirieran a alguno y a morir ellas mismas después.

Moraleja: La envidia no es buena consejera, más bien nos puede llevar a perder lo que ya poseemos.

77.78%

votos positivos

Votos totales: 18

Comparte:

LOS HIJOS DESUNIDOS DEL LABRADOR

Los hijos de un labrador vivían en discordia y desunión. Sus exhortaciones eran inútiles para hacerles mudar de sentimientos, por lo cual resolvió darles una lección con la experiencia.
Les llamó y les dijo que le llevaran una gavilla de varas. Cumplida la orden, les dio las varas en haz y les dijo que las rompieran; mas a pesar de todos sus esfuerzos, no lo consiguieron. Entonces deshizo el haz y les dio las varas una a una; los hijos las rompieron fácilmente.
- ¡Ahí tienen! les dijo el padre-. Si también ustedes, hijos míos, permanecen unidos, serán invencibles ante sus enemigos; pero estando divididos serán vencidos uno a uno con facilidad.

Moraleja: Nunca olvides que en la unión se encuentra la fortaleza.

77.69%

votos positivos

Votos totales: 1309

Comparte:

Desde el 51 hasta el 60 de un total de 293 Cuentos de Esopo

Añade tus comentarios