293 Cuentos de Esopo  

EL CIEGO

Érase una vez un ciego muy hábil para reconocer al tacto cualquier animal al alcance de su mano, diciendo de qué especie era. Le
presentaron un día un lobezno, lo palpó y quedó indeciso.
- No acierto - dijo -, si es hijo de una loba, de una zorra o de otro animal de su misma cualidad; pero lo que sí sé es que no ha nacido para vivir en un rebaño de corderos.

Moraleja: La naturaleza de la maldad se puede notar en una sola de sus características.

73.38%

votos positivos

Votos totales: 601

Comparte:

LAS RANAS Y EL PANTANO SECO

Vivían dos ranas en un bello pantano, pero llegó el verano y se secó, por lo cual lo abandonaron para buscar otro con agua. Hallaron en su camino un profundo pozo repleto de agua, y al verlo, dijo una rana a la otra:
- Amiga, bajemos las dos a este pozo.
- Pero, y si también se secara el agua de este pozo, - repuso la compañera -, ¿Cómo crees que subiremos entonces?

Moraleja: Al tratar de emprender una acción, analiza primero las consecuencias de ella.

73.33%

votos positivos

Votos totales: 15

Comparte:

LA ZORRA Y LA SERPIENTE

Se encontraba una higuera a la orilla de un camino, y una zorra vio junto a ella una serpiente dormida. Envidiando aquel cuerpo tan largo, y pensando
en que podría igualarlo, se echó la zorra a tierra al lado de la serpiente e intentó estirarse cuanto pudo.
Tanto esfuerzo hizo, hasta que al fin, por vanidosa, se reventó.

73.33%

votos positivos

Votos totales: 75

Comparte:

LAS LIEBRES Y LAS RANAS

Se reunieron un día las liebres y se lamentaban entre sí de llevar una vida tan precaria y temerosa, pues, en efecto, ¿No eran víctimas de los hombres, de los perros, de las águilas, y otros muchos animales? ¡Más valía morir de una vez que vivir en el terror!
Tomada esta resolución, se lanzaron todas al mismo tiempo a un estanque para morir en él ahogadas.
Pero las ranas, que estaban sentadas alrededor del estanque, en cuanto oyeron el ruido de su carrera, saltaron asustadas al agua. Entonces una de las liebres, la que parecía más inteligente que las demás, dijo:
- ¡Alto compañeras! ¡No hay que apurarse tanto, pues ya veis que aún hay otros más miedosos que nosotras!

Moraleja: El consuelo de los desgraciados es encontrar y ver a otros en peores condiciones.

73.33%

votos positivos

Votos totales: 15

Comparte:

EL JARDINERO Y LAS HORTALIZAS

Una vez un chico que paseaba por un pueblo se asomó a un jardín, donde un jardinero realizaba su labor. El chaval, curioso por naturaleza, le preguntó al jardinero si sabía porqué en general las legumbres silvestres crecían mucho más firmes y bonitas que las que se cultivaban.
- Pues eso depende - contestó el jardinero -, porque para algunos como yo la tierra es una dedicada madre, mientras que para otros es tan solo una descuidada madrastra.

Moraleja: El resultado de una labor depende del interés que uno le ponga.

73.11%

votos positivos

Votos totales: 264

Comparte:

EL PERRO Y EL COCINERO

Preparó un hombre una cena en honor de uno de sus amigos y de sus familiares. Y su perro invitó también a otro perro amigo.
- Ven a cenar a mi casa conmigo - le dijo.
Y llegó el perro invitado lleno de alegría. Se detuvo a contemplar el gran festín, diciéndose a sí mismo:
-¡Qué suerte tan inesperada! Tendré comida para hartarme y no pasaré hambre por varios días.
Estando en estos pensamientos, meneaba el rabo como gran viejo amigo de confianza. Pero al verlo el cocinero moviéndose alegremente de allá para acá, lo cogió de las patas y sin pensarlo más, lo arrojó por la ventana. El perro se volvió lanzando grandes alaridos, y encontrándose en el camino con otros perros, estos le preguntaron:
- ¿Cuánto has comido en la fiesta, amigo?
- De tanto beber, - contestó - tanto me he embriagado, que ya ni siquiera sé por donde he salido.

Moraleja: No te confíes de la generosidad que otros prodigan con lo que no les pertenece.

73.08%

votos positivos

Votos totales: 26

Comparte:

EL CERDO Y LOS CARNEROS

Se metió un cerdo dentro de un rebaño de carneros, y pacía con ellos. Pero un día lo capturó el pastor y el cerdo se puso a gruñir y forcejear.
Los carneros lo regañaban por gritón diciéndole:
- A nosotros también nos echa mano constantemente y nunca nos quejamos.
- Ah sí - replicó el cerdo -, pero no es con el mismo fin. A ustedes les echan mano por la lana, pero a mí es por mi carne.

Moraleja: Perder lo recuperable no nos debe preocupar, pero sí el perder lo que es irreparable.

73.08%

votos positivos

Votos totales: 26

Comparte:

EL LEÓN Y EL MOSQUITO VOLADOR

Un mosquito se acercó a un león y le dijo:
- No te temo, y además, no eres más fuerte que yo. Si crees lo contrario, demuéstramelo. ¿Que arañas con tus garras y muerdes con tus dientes? ¡Eso también lo hace una mujer defendiéndose de un ladrón!. Yo soy más fuerte que tú, y si quieres, ahora mismo te desafío a combate.
Y haciendo sonar su zumbido, cayó el mosquito sobre el león, picándole repetidamente alrededor de la nariz, donde no tiene pelo.
El león empezó a arañarse con sus propias garras, hasta que renunció al combate. El mosquito victorioso hizo sonar de nuevo su zumbido; y sin darse cuenta, de tanta alegría, fue a enredarse en una tela de araña.
Al tiempo que era devorado por la araña, se lamentaba de que él, que luchaba contra los más poderosos venciéndolos, fuese a perecer a manos de un insignificante animal, la araña.

Moraleja: No importa que tan grandes sean los éxitos en tu vida, cuida siempre que la dicha por haber obtenido uno de ellos, no lo arruine todo.

72.99%

votos positivos

Votos totales: 422

Comparte:

EL PERRO Y EL CARNICERO

Un perro se metió en una carnicería y, dándose cuenta de que el carnicero estaba muy ocupado atendiendo a sus clientes, agarró con los dientes un pedazo de carne y huyó corriendo. El carnicero, reaccionando cuando ya era tarde, gritó:
- ¡Oye tú!, allí donde me encuentre contigo, no dejaré de mirarte!

Moraleja: Prevenir es mejor que curar.

72.96%

votos positivos

Votos totales: 917

Comparte:

AFRODITA Y LA GATA

Se había enamorado una gata de un hermoso joven, y rogó a Afrodita que la hiciera mujer. La diosa, compadecida de su deseo, la transformó en una bella doncella, y entonces el joven, prendado de ella, la invitó a su casa.
Estando ambos descansando en la alcoba nupcial, quiso saber Afrodita si al cambiar de ser a la gata había mudado también de carácter, por lo que soltó un ratón en el centro de la alcoba.
Olvidándose la gata de su condición presente, se levantó del lecho y persiguió al ratón para comérselo. Entonces la diosa, indignada, la volvió a su original estado.

Moraleja: El cambio de estado de una persona, no la hace cambiar de sus instintos.

72.96%

votos positivos

Votos totales: 307

Comparte:

Desde el 121 hasta el 130 de un total de 293 Cuentos de Esopo

Añade tus comentarios