Dani Alcalà
LA POLILLA EN EL ARMARIO
Una polilla se encontraba en un armario comiendo un poco de ropa para almorzar. De repente el dueño de la casa allá que fue a buscar una chaqueta, y se topó con la invitada.
- ¡Fuera de aquí! - gritó enojado. ¡Eso no se come, es para abrigarme!
- La polilla salió volando esquivando un manotazo, y tras salvar su vida espetó:
- Eso es solo tu opinión, a mí no me sirve de abrigo, más sí de alimento.
Moraleja: No todo el mundo tiene las mismas necesidades, ni valora lo mismo de igual forma.
LA LLAMA Y EL TURISTA
Una llama se encontraba en el Machu Picchu pasando la tarde, cuando se acercó un turista a hacerse una foto con ella.
- Hola, dijo la llama, veo que te intereso, deja que te hable un poco sobre mí.
- Perdona - contestó el turista -, pero es que no tengo tiempo, el autocar sale en seguida, tan solo quiero la foto para recordar que estuve aquí.
Moraleja: ¿Acumulas experiencias o acumulas fotos?
LA PALOMA Y EL NIÑO
Una paloma que iba volando hizo sus necesidades encima de un pobre niño que caminaba hacia su casa.
- ¡Maldita paloma! - gritó el niño. ¡Como te pille te mato!
La paloma, al oír esto, volvió hacia donde el crío y le dijo:
- Siento lo ocurrido, pero mira, yo ayer me comí un chicle del suelo pensando que era una migaja de pan y no me quejé tanto.
Moraleja: Todos cometemos errores.
LA SERPIENTE, EL PERRO Y EL BUITRE
Una serpiente se encontraba jugando con un perro en el monte. En estas que el perro se sentó y dijo:
- Oye, serpiente, se supone que tú y yo no podemos jugar, me podrías picar.
- Tienes razón - replicó la serpiente - de hecho tú podrías haberme mordido.
Un buitre, que miraba atento a unos metros, oyó la conversación, y no pudo reprimirse:
- Oíd, vosotros dos, si hasta ahora no ha pasado nada, seguid jugando que no va a pasar nada.
Moraleja: Decide por ti mismo, no según lo que digan los otros, especialmente si tienen algún interés oculto.
EL PERRO Y EL GALLO
Pasó un perro junto a un valla un día por la mañana, con el Sol ya levantado. Junto a ella se encontraba, dormido, un gallo.
- Oye tú, despierta - gritó el perro -, ¿Qué haces todavía dormido?. Ya es de día y no has cantado. ¿No te da vergüenza?
Mientras el perro hablaba, el gallo se desperezaba.
- ¿Qué haces molestando? - contestó el gallo - . Déjame dormir y ocúpate de tus asuntos. Hoy me encuentro enfermo y necesito descansar.
Moraleja: Antes de sacar conclusiones, entérate bien de cuál es la situación, o estarás cerca de juzgar injustamente los hechos.
EL LEÓN MARINO Y EL PINGÜINO
Estaba un león marino en el polo norte estirado tranquilamente en un trozo de hielo, cuando de repente un pingüino se sentó a su lado.
- ¿Pero qué haces incauto? - dijo el león - ¿no ves que te puedo comer?
- Se me ha quedado el móvil sin batería - replicó el pingüino, sin ni siquiera levantar la cabeza -.
Moraleja: Presta atención a tu alrededor, tus pequeños problemas no son nada comparados con el mundo.
LAS LOMBRICES
Dos lombrices de tierra se encontraban discutiendo:
- Pues hoy te tocaba a ti ir a buscar comida, yo me he quedado resguardando la casa.
- Sí claro, ya van dos días seguidos que te quedas en casa sin hacer nada.
- Mentira, ayer era nuestro día de descanso, si tú no lo quisiste aprovechar no es mi problema...
En estas que vino un mirlo y se comió a una de ellas.
La otra, en estado de shock, pensó:
- ¿Y ahora, con quién voy a discutir?
Moraleja: La vida es demasiado corta como para estar siempre discutiendo.
LA ABEJA Y LA FLOR
Una abeja estaba posada en una flor bebiéndose el néctar de esta, cuando la flor se dirigió a la abeja:
- Te gusta, ¿eh?. Oye abeja, ya que te he dado alimento, ¿verdad que me harás un favor?. A ver si puedes esparcir mi polen alrededor de mí para que pueda reproducirme al entrar en contacto con otras plantas.
- ¿Y por qué iba a hacerlo? - respondió la abeja -. Ya he conseguido mi comida. Y se fue.
La abeja, que tenía todas las patas llenas de polen por haber estado posada comiendo, lo esparció sin saberlo al irse volando hacia su casa, cumpliendo así con el deseo de la flor.
Moraleja: No cuesta nada hacer el bien, así que si lo practicas, además de ser buena persona evitarás quedar como un estúpido.
LAS HORMIGAS
Una hormiga obrera se encontró un día con una hormiga macho, y le dijo:
- Oye, llevo toda la semana trabajando y a ti sólo te he visto comer y hacer el vago.
- Mi misión es fecundar a la hormiga reina - dijo la hormiga macho -.
- Pues por lo menos podrías disimular un poco.
Moraleja: Si tienes la suerte de estar favorecido por la sociedad, por lo menos no te regocijes y respeta a los que tienen menos que tú.
EL GRILLO Y LA SERPIENTE
Un grillo, que no paraba de cantar, fue increpado por una serpiente:
- Oye tú, deja de hacer ruido.
- No es ruido, es música - replicó el grillo -.
La serpiente, visiblemente molesta, sentenció:
- Está visto que la naturaleza, ni te dio voz ni te dio oído.
Moraleja: Tener un buen concepto de uno mismo es una virtud, pero no hay que sobreestimar nuestras capacidades.
Desde el 21 hasta el 30 de un total de 54 obras de Dani Alcalà