Dani Alcalà
LA LLAMA Y EL TURISTA
Una llama se encontraba en el Machu Picchu pasando la tarde, cuando se acercó un turista a hacerse una foto con ella.
- Hola, dijo la llama, veo que te intereso, deja que te hable un poco sobre mí.
- Perdona - contestó el turista -, pero es que no tengo tiempo, el autocar sale en seguida, tan solo quiero la foto para recordar que estuve aquí.
Moraleja: ¿Acumulas experiencias o acumulas fotos?
LA RANA Y EL MOSQUITO
Un día una rana que croaba en un charco sin parar fue interrumpida por un mosquito.
- ¿Por qué haces tanto ruido si nos vas a comer igual?. Ya que nos quitas la vida, por lo menos ten la amabilidad de dejarnos vivir en paz el poco tiempo que nos queda.
Moraleja: No seas egoísta y piensa también en los demás.
LA GALLINA Y EL RATÓN
Una gallina que estaba poniendo un huevo fue interrumpida por un ratón que pasaba por allí.
- Oye gallina, y si sólo tienes un agujero allá abajo, ¿cómo sabes si lo que sacas es caquita o es un huevo?
- Y tú, ratón - contestó la gallina-, si no tienes pico sino boca, ¿cómo sabes si lo que dices tiene sentido o es una tontería?
Moraleja: Lo que para unos es muy fácil de entender, para otros es incomprensible, y también pasa al contrario.
LA SERPIENTE, EL PERRO Y EL BUITRE
Una serpiente se encontraba jugando con un perro en el monte. En estas que el perro se sentó y dijo:
- Oye, serpiente, se supone que tú y yo no podemos jugar, me podrías picar.
- Tienes razón - replicó la serpiente - de hecho tú podrías haberme mordido.
Un buitre, que miraba atento a unos metros, oyó la conversación, y no pudo reprimirse:
- Oíd, vosotros dos, si hasta ahora no ha pasado nada, seguid jugando que no va a pasar nada.
Moraleja: Decide por ti mismo, no según lo que digan los otros, especialmente si tienen algún interés oculto.
LA PALOMA Y EL NIÑO
Una paloma que iba volando hizo sus necesidades encima de un pobre niño que caminaba hacia su casa.
- ¡Maldita paloma! - gritó el niño. ¡Como te pille te mato!
La paloma, al oír esto, volvió hacia donde el crío y le dijo:
- Siento lo ocurrido, pero mira, yo ayer me comí un chicle del suelo pensando que era una migaja de pan y no me quejé tanto.
Moraleja: Todos cometemos errores.
EL PERRO Y EL GALLO
Pasó un perro junto a un valla un día por la mañana, con el Sol ya levantado. Junto a ella se encontraba, dormido, un gallo.
- Oye tú, despierta - gritó el perro -, ¿Qué haces todavía dormido?. Ya es de día y no has cantado. ¿No te da vergüenza?
Mientras el perro hablaba, el gallo se desperezaba.
- ¿Qué haces molestando? - contestó el gallo - . Déjame dormir y ocúpate de tus asuntos. Hoy me encuentro enfermo y necesito descansar.
Moraleja: Antes de sacar conclusiones, entérate bien de cuál es la situación, o estarás cerca de juzgar injustamente los hechos.
LAS LOMBRICES
Dos lombrices de tierra se encontraban discutiendo:
- Pues hoy te tocaba a ti ir a buscar comida, yo me he quedado resguardando la casa.
- Sí claro, ya van dos días seguidos que te quedas en casa sin hacer nada.
- Mentira, ayer era nuestro día de descanso, si tú no lo quisiste aprovechar no es mi problema...
En estas que vino un mirlo y se comió a una de ellas.
La otra, en estado de shock, pensó:
- ¿Y ahora, con quién voy a discutir?
Moraleja: La vida es demasiado corta como para estar siempre discutiendo.
LAS HORMIGAS
Una hormiga obrera se encontró un día con una hormiga macho, y le dijo:
- Oye, llevo toda la semana trabajando y a ti sólo te he visto comer y hacer el vago.
- Mi misión es fecundar a la hormiga reina - dijo la hormiga macho -.
- Pues por lo menos podrías disimular un poco.
Moraleja: Si tienes la suerte de estar favorecido por la sociedad, por lo menos no te regocijes y respeta a los que tienen menos que tú.
EL GRILLO Y LA SERPIENTE
Un grillo, que no paraba de cantar, fue increpado por una serpiente:
- Oye tú, deja de hacer ruido.
- No es ruido, es música - replicó el grillo -.
La serpiente, visiblemente molesta, sentenció:
- Está visto que la naturaleza, ni te dio voz ni te dio oído.
Moraleja: Tener un buen concepto de uno mismo es una virtud, pero no hay que sobreestimar nuestras capacidades.
EL LEÓN MARINO Y EL PINGÜINO
Estaba un león marino en el polo norte estirado tranquilamente en un trozo de hielo, cuando de repente un pingüino se sentó a su lado.
- ¿Pero qué haces incauto? - dijo el león - ¿no ves que te puedo comer?
- Se me ha quedado el móvil sin batería - replicó el pingüino, sin ni siquiera levantar la cabeza -.
Moraleja: Presta atención a tu alrededor, tus pequeños problemas no son nada comparados con el mundo.
Desde el 21 hasta el 30 de un total de 54 obras de Dani Alcalà