Esopo  

EL LOBO Y EL CORDERO EN EL TEMPLO

Dándose cuenta de que era perseguido por un lobo, un pequeño corderito decidió refugiarse en un templo cercano. Lo llamó el lobo y le dijo que si el sacrificador lo encontraba allí dentro, lo inmolaría a su dios.
- ¡Mejor así! - replicó el cordero - prefiero ser víctima para un dios a tener que perecer en tus colmillos.

Moraleja: Si sin remedio vamos a ser sacrificados, más nos vale que sea con el mayor honor.

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LOS CARACOLES

Un joven se encontraba braseando unos caracoles. Al oír cómo crepitaban, exclamó:
- Menudos bichejos, tienen sus hogares en llamas ¡y todavía cantan!

Moraleja: Hacer burla mientras infringes dolor, es daño doble.

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LA ZORRA Y EL LEÓN ANCIANO

Un anciano león, incapaz ya de obtener por su propia fuerza la comida, decidió hacerlo usando la astucia. Para ello se dirigió a una cueva y se tendió en el suelo, gimiendo y fingiendo que estaba enfermo. De este modo, cuando los otros animales pasaban para visitarle, los atrapaba inmediatamente para su comida.
Habían llegado y perecido ya bastantes animales, cuando la zorra, adivinando cuál era su ardid, se presentó también, y deteniéndose a prudente distancia de la caverna, preguntó al león cómo le iba con su salud.
- Claro que hubiera entrado - le dijo la zorra - si no viera que todas las huellas entran, pero no hay ninguna que llegara a salir.

Moraleja: Siempre advierte a tiempo los indicios del peligro, y así evitarás que te dañe.

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LAS RANAS Y EL PANTANO SECO

Vivían dos ranas en un bello pantano, pero llegó el verano y se secó, por lo cual lo abandonaron para buscar otro con agua. Hallaron en su camino un profundo pozo repleto de agua, y al verlo, dijo una rana a la otra:
- Amiga, bajemos las dos a este pozo.
- Pero, y si también se secara el agua de este pozo, - repuso la compañera -, ¿Cómo crees que subiremos entonces?

Moraleja: Al tratar de emprender una acción, analiza primero las consecuencias de ella.

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LA ZORRA Y EL PERRO

Penetró una zorra en un rebaño de corderos, y arrimando a su pecho a un pequeño corderillo, fingió acariciarle.
Llegó un perro de los que cuidaban el rebaño y le preguntó:
- ¿Qué estás haciendo?
- Le acaricio y juego con él - contestó con cara de inocencia.
- ¡ Pues suéltalo enseguida, si no quieres conocer mis mejores caricias!

Moraleja: Al que no está preparado lo delatan sus actos. Estudia y aprende con gusto y tendrás éxito en tu vida.

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LA ZORRA CON EL RABO CORTADO

Una zorra a la cual un cepo le había cortado la cola, estaba tan avergonzada, que consideraba su vida horrorosa y humillante, por lo cual decidió que la solución sería aconsejar a las demás hermanas cortarse también la cola, para así disimular con la igualdad general, su defecto personal.
Reunió entonces a todas sus compañeras, diciéndoles que la cola no sólo era un feo agregado, sino además una carga sin razón.
Pero una de ellas tomó la palabra y dijo:
- Oye hermana, si no fuera por tu conveniencia de ahora, ¿ nos darías en realidad este consejo?

Moraleja: Cuídate de los que dan consejo en busca de su propio beneficio, y no por hacer realmente un bien.

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LA ZORRA Y EL HOMBRE LABRADOR

Había un hombre que odiaba a una zorra porque le ocasionaba algunos daños ocasionalmente.
Después de mucho intentarlo, pudo al fin cogerla, y buscando vengarse de ella, le ató a la cola una mecha empapada en aceite y le prendió fuego.

Pero un dios llevó a la zorra a los campos que cultivaba aquel hombre. Era la época en que ya se estaba listo para la recolección del producto y el labrador siguiendo a la raposa, contempló llorando, cómo al pasar ella por sus campos, se quemaba toda su producción.

Moraleja: Procura ser comprensivo e indulgente, pues siempre sucede que el mal que generamos, tarde o temprano se regresa en contra nuestra.

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LOS LOBOS RECONCILIÁNDOSE CON LOS PERROS

Llamaron los lobos a los perros y les dijeron:
- Oigan, siendo ustedes y nosotros tan semejantes, ¿por qué no nos entendemos como hermanos, en vez de pelearnos? Lo único que tenemos diferente es cómo vivimos. Nosotros somos libres; en cambio ustedes sumisos y sometidos en todo a los hombres: aguantan sus golpes, soportan los collares y les guardan los rebaños. Cuando sus amos comen, a ustedes sólo les dejan los huesos. Les proponemos lo siguiente: dennos los rebaños y los pondremos en común para hartarnos.
Creyeron los perros las palabras de los lobos traicionando a sus amos, y los lobos, ingresando en los corrales, lo primero que hicieron fue matar a los perros.

Moraleja: Nunca des la espalda o traiciones a quien verdaderamente te brinda ayuda y confía en ti.

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EL LOBO Y EL CABALLO

Pasaba un lobo por un sembrado de cebada, pero como no era comida de su gusto, la dejó y siguió su camino. Encontró al rato a un caballo y le llevó al campo, comentándole la gran cantidad de cebada que había hallado, pero que en vez de comérsela él, mejor se la había dejado porque le agradaba más oír el ruido de sus dientes al masticarla. Pero el caballo le repuso:
- ¡Amigo, si los lobos comieran cebada, no hubieras preferido complacer a tus oídos sino a tu estómago!

Moraleja: A todo malvado, aunque parezca actuar como bueno, no debe de creérsele.

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EL PERRO DE PELEA Y LOS PERROS SENCILLOS

Un perro había sido muy bien alimentado en una casa y fue adiestrado para luchar contra las fieras. Un día, al ver un gran número de ellas colocadas en fila, rompió el collar que le sujetaba y rápidamente echó a correr por las calles del pueblo. Lo vieron pasar otros perros, y viendo que era fuerte como un toro, le preguntaron:
- ¿ Por qué corres de esa manera?
- Sé que vivo en la abundancia, sin hambres, con mi estómago siempre satisfecho, pero también siempre estoy cerca de la muerte combatiendo a esos osos y leones - respondió -.
Entonces los otros perros comentaron:
- Nuestra vida es en verdad pobre, pero más bella, sin tener que pensar en combatir con leones ni osos.

Moraleja: Las grandes ganancias, siempre van acompañadas de grandes riesgos.

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Desde el 81 hasta el 90 de un total de 294 obras de Esopo

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